Cuando pensamos en la gripe, lo primero que nos viene a la cabeza es la fiebre alta, el termómetro marcando números rojos y ese malestar general que te deja en la cama varios días. Sin embargo, no siempre es así. Existe la posibilidad de tener gripe sin fiebre, y aunque pueda sonar extraño, es más común de lo que parece.
La verdad es que la fiebre y gripe suelen ir de la mano porque nuestro cuerpo, al detectar la presencia del virus, eleva la temperatura para dificultar su supervivencia. Pero que no haya fiebre no significa que no haya infección. El virus de la gripe puede manifestarse de formas diferentes dependiendo de la persona, su estado de salud y su sistema inmunitario.

Síntomas de la gripe sin fiebre
La gripe sin tener fiebre comparte muchos de los síntomas de la gripe tradicional. Es decir, aunque el termómetro no marque más de 37 °C, es posible que aparezcan:
- Dolor de garganta.
- Congestión o goteo nasal.
- Tos seca o con flema.
- Dolor muscular y articular.
- Fatiga intensa.
- Dolor de cabeza.
- Escalofríos leves.
En estos casos, la ausencia de fiebre puede llevar a confundir la gripe con un resfriado común. Sin embargo, la intensidad del cansancio, el dolor muscular y el malestar general suelen ser más marcados en la gripe que en un catarro.
¿Por qué a veces no hay fiebre?
No todas las personas reaccionan igual ante una infección viral. Hay varios factores que pueden explicar por qué puedes tener gripe sin fiebre:
- Sistema inmunitario fuerte: En algunos casos, el organismo es capaz de controlar la replicación del virus sin necesidad de elevar tanto la temperatura corporal.
- Edad y condición física: En personas mayores, niños muy pequeños o individuos con determinadas patologías, la respuesta febril puede ser menos intensa o directamente ausente.
- Uso de medicamentos: El consumo de antiinflamatorios o analgésicos antes de que aparezca la fiebre puede enmascararla.
- Variantes del virus: Algunos tipos de virus gripales provocan síntomas más leves, incluida la ausencia de fiebre.
La importancia de reconocer la gripe sin que haya fiebre
Aunque la fiebre sea uno de los síntomas más conocidos, no es el único indicador. Reconocer la gripe sin fiebre es importante porque:
- Puedes seguir contagiando: incluso sin fiebre, el virus se transmite con la misma facilidad.
- Necesitas reposo: el cuerpo sigue luchando contra una infección y necesita energía para recuperarse.
- Evitas complicaciones: forzarte a continuar con tu rutina puede prolongar la enfermedad o derivar en problemas respiratorios.
Diferencia entre fiebre y gripe
Es importante entender que la fiebre y gripe no son lo mismo. La fiebre es un síntoma, la gripe, una enfermedad causada por el virus influenza. Puedes tener fiebre sin gripe (por una infección bacteriana, por ejemplo) y, como hemos visto, gripe sin fiebre.
La fiebre es, en realidad, una herramienta que el cuerpo utiliza para defenderse. Sin embargo, su ausencia no significa que el organismo no esté combatiendo el virus. Simplemente, en algunas personas, el mecanismo de defensa actúa de otra manera.
¿Qué hacer si tienes gripe sin fiebre?
Si sospechas que puedes tener gripe sin que haya fiebre, lo recomendable es seguir las mismas pautas de cuidado que con la gripe habitual:
- Descansar lo suficiente
- Mantener una buena hidratación
- Alimentarte de forma equilibrada
- Evitar el contacto cercano con otras personas para no propagar el virus
- Consultar al médico si los síntomas empeoran o si perteneces a un grupo de riesgo (embarazadas, personas con enfermedades crónicas, mayores de 65 años, etc.)